Tuesday, August 28, 2007

La cuenta atrás

Ya queda menos para unas nuevas minivacaciones de una semana… eso si antes son aprobadas claro, pero espero que no haya ningún problema… y si lo hay montaré en cólera y las consecuencias serán terribles.
La verdad es que lo que me motiva es pillar el coche y meterme un viaje de ocho horas disfrutando de la carretera al estilo del anuncio aquel de “¿te gusta conducir?” pero sin sacar la mano por la ventanilla, que se pierde aerodinámica con el consiguiente aumento de consumo de combustible.
También me motiva que por fin el señor Proyecto Fin de Carrera llegará a su final, que ya le tocaba, y con ello unas cuantas consecuencias beneficiosas que reforzaran mi estado de ánimo tan decaído últimamente por ciertas circunstancias con nombre y apellidos.
Tengo puestas grandes esperanzas en las próximas vacaciones ya que si todo sale según lo planeado habrá tiempo para disfrutar la fiesta y hacer un montón de cosas que tengo pendientes desde que comenzó mi exilio andaluz.
En principio se prevé una nueva escapada pucelana que a saber como acabará (espero que de día echandonos unas risas ahí tiraos en cualquier lugar) ya que las circunstancias no son las mismas que el año pasado cuando el amigo Davi y yo nos pegamos una buena fiesta improvisada totalmente, incluso nos encontramos al Phyeras en estado ebrio como casi siempre.
Y para culminar las fiestas del pueblo. Supongo que no serán como las del último pueblo donde pasé unos días en mis anteriores vacaciones pero sin duda alguna serán las más esperadas desde hace dos años, que es el tiempo que llevo trabajando fuera de mi tierra y que por unos motivos u otros no he podido disfrutar en su totalidad.
Pero este año sí. Este año las viviremos de principio a fin ya que he conseguido cuadrar unos días libres ahí para que todo vuelva a ser como antes, o casi.
Tengo ganas ya de empezar a preparar la peña en aquel “zulo-bodega” que bautizó el señor Goph al lugar donde nos reunimos para tomar unas copillas antes de vivir la noche. Este año estará mejor que éstos últimos años porque la cordura se impondrá bajo mi dirección en lo que a organizar el garito se refiere. Eso sí, seguro que trance habrá poco o muy poco. Creo que voy a hacer una sesión de 80 minutos para grabar en un cd y que quede por ahí tirado que seguro que alguien lo guarda como oro en paño.
Así que nada, intertextualizando al señor Tijs Verwest, también conocido como DJ Tiësto, quedan “ten days before the sunrise” y es que cada vez que cruzo “la frontera” es como un nuevo amanecer que a ver si dura para siempre, que ya toca.

Thursday, August 23, 2007

Mesario 3 y otras efemérides

Ya van tres meses de mi exilio andaluz y sigo sin hacerme un sitio en estas tierras que a cada día que pasa me desagradan un poco más.
Aún con la resaca de la semana pasada de vacaciones no se me va de la cabeza la idea de que hay que salir rapidamente de aquí para estar un poco más cerca de la poca gente que me queda y que realmente merece la pena, cosa que me ha sorprendido gratamente la semana pasada que aún quede gente así.
Y para colmo estas últimas dos semanas tenemos las tardes libres ya que nos han obligado a hacer jornada intensiva con lo que a las tres de la tarde ya somos personas libres. Un desastre por mi parte ya que ahora por las tardes me aburro muchisimo. Hoy ha sido el primer día y no sabía que hacer. Menos mal que sólo serán dos semanas, que laboralmente hablando se quedan en siete días de trabajo.
Sinceramente creo que se ha cumplido un tercio de mi estancia por estas tierras, bien es cierto que espero encarecidamente que se haya cumplido la mitad, y realmente estaría muy bien que a partir del próximo invierno empezaran las cosas a rodar para que se produzca el hecho que llevo esperando un tiempo.
A fecha de hoy no hay mucha prisa, la verdad, pues ahora llega una época de relax y es que siempre he pensado que de septiembre a diciembre son los peores meses del año en cuanto a estado de ánimo. Se pasan los días trabajando sin darte cuenta y cada vez anochece más temprano aunque hay cosas buenas que siempre están bien como por ejemplo esas escapadas clandestinas a Salamanca y Valladolid en una noche de fiesta efímera que hace que el tiempo merezca la pena. Esas pequeñas cosas las echo de menos y va siendo hora de volver a recuperarlas, ¿no?
Hace un año que comenzó la “pesadilla del exilio” con mi traslado a Alicante y Valencia. Hay que ver como cambia la historia en un año, bueno, si realmente la cosa da unos bandazos tremendos en apenas unos días no iba a ser menos en un año. Pero las circunstancias y demás cosas externas hacen que todo sea demasiado inestable y te encuentres casi sin darte cuenta con cosas que son, pero que no deberian ser. Un caos en definitiva.
Comenzaba entonces una nueva época de mi vida que un señor, llamemosle así no siendo que se enoje, se encargó de hacerla poco llevadera e incluso yo diría que también se encargó de destruirla hasta el punto de tener que salir corriendo y dar con mis huesos en la situación actual. No le culpo pero hay que entender que fue el desencadenante principal así que es una persona “non gratae” en cuanto a mí se refiere.
Escucho “Breakfast – The Sunlight” mientras escribo estas pequeñas paranoias y no puedo quitarme de la cabeza a esa chiquilla que cuando puse este tema en el coche a tope sin avisar la semana pasada pegó un chillido que aún me duele el oído, aunque tampoco pude contener la risa y no pude por menos que descojonarme durante unos diez minutos de su reacción.
Si todo va bien quedan exactamente treinta días para que nos volvamos a ver, pero estoy seguro que en esos treinta días algo ocurrirá y no será posible que nos veamos porque estoy abonado a este tipo de sucesos paranormales.
Pero antes de todo llegan las fiestas de pueblo, sí, esas fiestas que llevamos tanto tiempo esperando y que este año espero poder disfrutar en su totalidad ya que espero que el próximo día 7 de septiembre vuelva a poner rumbo a mi tierra para liquidar primero unos temas personales que me quitan un poco el sueño y luego disfrutar de la fiesta, de las fiestas y es que pueden ser unos fines de semana grandiosos o no.
Lo único claro es que faltan dieciséis eternos días para unas nuevas “desperate holidays” que me prometí a mi mismo que no tomaría pero que como el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, me he sentido obligado a coger para ver si soy la excepción que confirma la regla.

Tuesday, August 21, 2007

De síndrome post-vacacional

Al final las “desperate holidays” se tornaron en unas vacaciones más o menos normales y corrientes, o al menos no tan aburridas como aquellos primeros días.
Recién llegado a tierras malagueñas con el pajareo típico y tópico que cada vez que ocurre algo fuera de lo normal aparece por mi mente me pongo a pensar en estos últimos días y si ya eran grandes las ganas de volver “cerca” ahora lo son mayores aún si cabe.
Como dice el amigo Phyera somos tan marginales que cuando nos preguntan “¿qué haces en vacaciones?” respondemos “volver a casa”. O al menos cerca de ella ya que siempre pasas más tiempo fuera que dentro. Y eso es lo que ha pasado en estos últimos días que puedo decir que han sido irrepetibles… aunque espero repetir.
He estrenado coche. Un flamante Volkswagen Golf último modelo que sólo le falta volar. Me apetecía hacerle el rodaje aprovechando estos días de vacaciones para darle un poco de cera y hacerle kilómetros sin control con una escapada a Valladolid, a Palencia o a Salamanca pero al final el destino más insospechado y casi casi sin planear nada fue Santa María de la Vega. Un pueblo de nosecuantos habitantes desperdigado al pié de la sierra (la definición de este pueblo es “casa maiz tierra tierra casa huerta maiz casa tierra tierra casa bar maiz maiz”) que a priori poco podía ofrecer a mis expectativas de una noche de fiesta y desenfreno. Craso error.
Las cosas salen bien cuando no se planean y nuevamente se volvió a cumplir esta afirmación. La llamada del amigo Coto cuando aún estaba durmiendo aquella mañana del 15 de agosto era el pistoletazo de salida para lo que al principio iba a ser un día de “hacer algo diferente que no sea quedarme en casa frente al ordenador” y que finalmente fue “dos días de comer, beber, fumar, descojonarnos y demás”.
Mi plan era ir a dicho pueblo a celebrar las fiestas patronales con la intención de ir después de cenar y volverme ya de madrugada más bien con el sol ya muy arriba a dormir a mi casita pero el amigo Coto se empeñó en que me quedara a dormir y que ya me iría… eso, que ya me iría algún día de estos.
Raudo y veloz a eso de las 17:00 pongo rumbo al lugar y en apenas una hora llego a mi destino. Tras deambular un rato por el pueblo intentando localizar un sitio donde haya cobertura para llamar a los colegas doy por fin con ellos y comienza el show non-stop de beber-comer-fumar-risas.
Con Coto y Panu vamos a visitar lo que sería nuestras segundas y sucesivas casas por estos días que son por orden “la peña” y el bar “maral”. La peña, que es el lugar donde se reunen los colegas para beber y más antes de ir al baile verbena amenizado por orquesta de éstas típicas de los pueblos, estaba un poco llena de mierda de los restos de la noche anterior (desconozco la razón por la que no fui antes a este pueblo) así que la dejamos más o menos limpia lista para otra noche de jaleo. El “maral” es un bar diferente a lo que estamos acostumbrados en un pueblo de semejante calibre. Un bar de ambiente moderno para lo que viene a ser un pueblo donde la mayor parte de residentes son abuelos de ya avanzada edad no pinta mucho a primera vista pero quedé impresionado de tanta juventud que había en aquel lugar. Caña y pincho por un euro no está nada mal para ser el lugar que era pero por lo que pude comprobar era más habitual de lo que parece.
Una vez conocidos los lugares el siguiente paso era conocer a las personas. Las primeras en aparecer era una parte de la familia Furones, que no tiene nada que envidiar a la de los Serrano.
Hacía varios años ya que no veía al señor Fu, y casi siempre por no decir siempre le habia visto en estado ebrio por lo que la imagen de que apareciera con cara de sueño y en gayumbos se me ha quedado marcada para siempre en mi mente. XDDD. Es duro entrar en una casa desconocida y que lo primero que veas sea eso pero en fin…
Cuando volvimos al “maral”, después de la miniescapada a Pobladura del Valle a conocer las famosas bodegas a seguir comiendo y bebiendo, allí nos estaban esperando cuatro chicas guapísimas las cuales serían nuestras compañeras de fiesta (al menos mía) durante el resto de la noche.
De todas ellas hubo una que me llamó la atención. Cuando nos presentaron me dijeron que ella ya me conocía de antes y yo, ojiplático, no tenía ni la menor idea de cuando había ocurrido tal encuentro. Por mucho que intentaron refrescarme la memoria no conseguía recordarla. Es difícil, pues yo nunca olvido una cara bonita y ella sin duda, lo es. Si me llamó la atención fue precisamente por eso, su cara tan linda, sus labios perfectos, etc. ¿Cómo es posible haber olvidado aquella personita tan guapa? Estoy perdiendo facultades, sin duda.
El caso es que llegó la noche y ya todos juntos nos fuimos a la peña a beber ahí como si tuvieramos problemas.
Un poco de verbena ya terminó por congelarme del todo pues a pesar de ser agosto hacía un frío exagerado con lo que acabé con mis huesos y con las chicas en un bar, la tasca, como decía Coto. Allí nos tomamos unos cacharros y nos contamos nuestras vidas hasta altas horas de la madrugada.
La noche concluyó ya sin chicas y con el resto de componentes altamente ebrios en el maral hasta que se hizo de día.
Se podía haber complicado más la noche si hubiera habido cervezas en la peña pues para bajar los bocatas que nos zampamos a eso de las 8 hubieran venido de cine… pero no hubo y tuvimos que irnos a dormir, con la intención de “madrugar al día siguiente” para volver a casa.
Pero la cosa se lió. Se lió mucho. Con lo que mi vuelta a casa tuvo que esperar 24 horas más, ¿en contra de mi voluntad? Quizá sí, o quizá no. Pero hubo una razón que definitivamente hizo que me quedara una noche más.
Cuando nos levantamos fuimos a “la casa de los serrano” a levantar al personal para ir a tomar el vermut. Tenía pensado, ya que habíamos llegado a este punto, irme a casa después del vermut, pero entre unos y otros, y sobre todo ella, hicieron que definitivamente me quedara.
Así que más de lo mismo. La tarde entre la peña y las cañas y pinchos a un euro que degustamos primero en Benavente y luego otra vez en el maral donde volvimos a reunirnos con las chicas y donde nos hicimos unas fotos un poco marginales (al menos por mi parte) que a estas horas estoy esperando que me lleguen al e-mail. La noche fue un calco de la anterior más o menos. Copas en la peña, baile y el recorrido final por la tasca y el maral.
Al final de la noche, o mejor dicho el principio del día regresamos de nuevo a la peña a comer un poco antes de acostarnos. Laura me ofreció unas galletas príncipe de esas de chocolate y me comí 3 ó 4 antes de ir a dormir. Creo que no hicieron buena reacción en mi estómago.
Finalmente llegó la hora de las despedidas, más concretamente de la despedida de ella. Fue un momento breve, pero me quedo con el abrazo que me dio y los dos besos de rigor.
Con el sol ya en lo alto y con unos seis grados de temperatura pusimos punto y final a las fiestas de un pueblo que me ha convencido para volver en otra ocasión, eso sí, más organizado. Al menos necesito volver para… para nada, para contemplar esos ojos, esos labios, esa cara angelical que una vez y sin querer me conquisto y ya nunca pude borrar de mi memoria.
El resto de las vacaciones ya han sido en el pueblo donde debería haber pasado las vacaciones pero por circunstancias ajenas no ha podido ser así. La noche del viernes entre copas arreglando el mundo y haciendo trajes como casi siempre. A las 5 a casa y sin haber vendido una escoba.
Y el sábado, último día de vacaciones en sí estuvo todo el día ocupado en hacer lo que no había hecho en todas las vacaciones y la noche, eso sí, no se perdona y tras una cena nos fuimos de fiesta a otro pueblo por ahí perdido donde hemos estado haciendo el marginal otro rato hasta altas horas de la madrugada, como siempre.
Al final lo que parecía torcerse salió más o menos bien y nuevamente me llevó a un estado de ánimo de semieuforia que hoy cuando he vuelto a estas tierras me ha vuelto a decir que mi sitio está más al norte… y eso hay que remediarlo. Ya va quedando menos.

Monday, August 13, 2007

Desperate Holidays

Hoy no es que tenga muchas ganas de escribir pero creo que ya iba siendo hora de hacerlo que si no esto va a quedar olvidado en el tiempo y tampoco es plan de dejar a medias las cosas.
Es un gran día éste de hoy en el que me he dado cuenta de que poco a poco me he quedado sólo, sin amigos, sin nadie con quien poder quedar para tomar algo, sin seres de confianza a los que contarles cosas que no se cuentan en los blogs y eso ya por no entrar en el terreno sentimental que ese ya si que es lamentablemente lamentable.
Es triste que en los pocos días de vacaciones que se tienen al año, tenga que quedarme en casa porque no haya ni una sola persona con la que quedar para hacer cualquier tipo de cosa que no sea estar en casa frente al televisor o al ordenador.
Vacaciones desesperantes es lo que he cogido y he llegado a la conclusión de que a mí, personalmente, me sobran las vacaciones y los fines de semana. Creo que mi sitio está en un lugar donde se trabaje todos los días, de lunes a domingo, ya que al menos así estaría entretenido haciendo algo.
Sé que es muy marginal esto que estoy diciendo y que muchos me lo llamareis (aunque no se si mucha gente leerá esto) pero como ya van tantas veces que siempre pasa lo mismo pues ya como que me da un poco igual.
Llevo tres meses en Málaga y apenas he salido dos fines de semana. La playa por supuesto ni tocarla ya que soy alérgico a la arena y es que el plan tampoco es que sea muy recomendable ya que la gente que conozco pues sale con su pareja y no mola nada ir de paquete o "sujetavelas" como decíamos cuando éramos jóvenes.
"Búscate una novia tu" es lo que la mayoría de la gente pensará pero me parece un poco utópico hablar de una novia para mí cuando en 30 años de mi vida persiguiendo mujeres sólo haya tenido una relación con una chica. Y para echar más leña al fuego la chica que se puede decir que últimamente me llamaba un poco la atención ni se digna a quedar conmigo porque... bueno, no se exactamente el por qué pero a estas alturas de la historia ya es una cosa que no me interesa mucho.
En fin, no me apetece rayarme mucho más porque ya me he desahogado un poco pero eso sí, si tienes por ahí un trabajo de lunes a domingo de unas 12 horas de duración, no dudes en llamarme porque es de la única manera que creo que puedo llegar a dejar de desesperarme... al menos por un tiempo.

Saturday, August 04, 2007

Un año sin Pucela

Aquel 4 de agosto de 2006 me levanté con resaca pues la noche anterior salimos de cena por ahí los compañeros de trabajo y servidor en una especie de despedida ya que era mi último día de trabajo en Valladolid. La noche se dio bien, como siempre que salíamos el grupo de amigos que además éramos compañeros de trabajo. Unas risas, buen ambiente y mucho cachondeo fue la nota predominante.
Al llegar a casa a eso de las 6 de la mañana no era muy consciente de que aquella iba a ser mi última noche (mininoche) en aquella casa donde había pasado los últimos quince meses de mi vida. Aquella casa en la que nunca hubo una mala cara ni un mal gesto. Siempre buen rollo con las “chúngaras” que a pesar de que tenían cada una lo suyo fueron unas buenas compañeras de piso.
Tras recoger todas mis cosas y dejar el piso más limpio que los chorros del oro partimos mi coche y yo rumbo a mi ciudad natal pero antes quise despedirme de aquellos sitios por los que habíamos echado buenos ratos en mi época pucelana así que me di una vueltecilla por las calles pucelanas antes de salir rumbo a casa pues tenía la extraña convicción de que pasaría tiempo antes de que volviera por allí… y de momento no me estoy equivocando.
Aún hoy tengo ganas de volver por allí de nuevo a hacer casi lo mismo, aunque sé que muchas cosas han cambiado y de todos los que allí habíamos no queda nadie pero no por eso se me quitan las ganas. A pesar de todo y siempre que puedo escaparme a Valladolid con la excusa de alguna fiesta trance acabo siempre dando una vuelta por lo que fue mi calle, mi barrio, mi vida durante una buena temporada.
Ya sólo queda una semana para las merecidísimas vacaciones y también para que por fin me entreguen el nuevo auto, que ya lleva unos días esperandome en el concesionario. Y es que después de dos meses de espera por fin ésta semana se produjo la llamada que esperaba y que me decía que ya había llegado mi auto. Es complicado mover todos los hilos desde 750 km de distancia para que todo esté listo cuando llegue pero lo he conseguido de tal manera que solo tendré que firmar el seguro unos minutos antes de ir a recoger el auto.
Pero antes debo de finalizar el puto proyecto que se me está alargando demasiado, tanto que en mi casa ya creen que en vez de una carretera estoy haciendo “El Escorial” pero no, es sólo que se ha complicado la cosa con el tema de los planos, pero que a falta de esto y poco más estará acabado, quiero que al menos para el día 12 o 13 de agosto a ser posible para dejarlo todo listo a falta de matrícula, entrega y exposición, que esa va a ser otra, la exposición publica del proyecto. XDDD. Con mi facilidad de palabra en público puede ser un autentico caos, pero si tuvimos vergüenza para hacer el Ovni Vago…