Tuesday, October 23, 2007

Mesario 5

Ha pasado otro mes más en mi exilio andaluz y ha pasado el mismo mes desde que no me dejaba caer un rato por aquí, pero es que últimamente he estado un poco ocupado e intimidado y quizá esa sea la razón básica por la que tenía este pequeño rincón donde cuento mis paranoias un poco olvidado.

Y es que cuando me pongo a escribir aquí me gusta estar a mi aire sin que nadie me diga, haga o pregunte nada. Y éste último mes he abierto el hostal toxsi a los visitantes que han de llamarse padre y madre ya que aprovechando sus vacaciones pues se han venido a mi casa del exilio para explayarse un poco.

Se puede decir que en un mes pueden pasar muchas cosas pero puedo decir sin temor a equivocarme que en mi rutina de vida en un mes apenas han pasado cuatro cosas. Quizá una haya sido la una de las más importantes de mi vida (espero que la mejor aún esté por llegar) como ha sido el acabar por fiiiiiiiiiiiiiin la carrera esta en la que estaba matriculado últimamente. Aunque bien es cierto que aún no se definitivamente si he aprobado o no porque yo hasta que no lo vea en un papel escrito no me lo creo. Porque sé la cantidad de sinvergüenzas que hay dentro de la facultad y como se las gastan ya que llevamos tanto tiempo conociendonos…

El caso es que hasta última hora dando por el culo ya que tras la defensa pública del proyecto me hicieron cambiar “pequeñas cosillas” que al final me han supuesto cambiar unas cincuenta hojas del proyecto con el consecuente gasto económico.

Ha sido un parto con dolor pero creo que el resultado es más que satisfactorio (según palabras de dichos sinvergüenzas) que, vuelvo a repetir, no me creeré hasta que no lo vea escrito.

Y para hacer una especie de celebración pues tuve que hacer nuevamente una escapada, aunque esta vez era legal.

Me parecía bastante lamentable que el mismo día que te dicen que ya eres Ingeniero te tengas que quedar en casa y no celebrarlo ni siquiera tomando una cocacola con tu gente, así que empecé a mover hilos a ver si había un buen plan y mi plan número uno falló ya que la vecinita se había ido de vacaciones dios sabe donde y no fue posible que el plan que mi perversa mente había ideado llegara a buen puerto así que tocó buscar una alternativa y la mejor opción posible que se vislumbraba era la de volver a Palencia, que tantas noches buenas nos ha dado… y esta vez no iba a ser menos.

Quedamos a las 23:00 en el Mónaco para tomar las primeras. Dicho así suena tan familiar como si fuera allí cada fin de semana, como si fuera una rutina semanal habitual, pero por desgracia no lo es… y no parece que pueda serlo de aquí en un breve espacio de tiempo. Lástima.

Mi entrada triunfal en dicho bar fue de lo más apoteósica ya que si en todo el bar había treinta personas, al menos diez eran conocidas. Pues bien, con mi excelente vista no he conocido a nadie y he deambulado por el bar medio perdido hasta que el tio Law se ha empezado a descojonar de mi torpeza. Es que uno ya va mayor.

Volvimos al Podium, aquel bar donde lo pasamos bien el día aquel que fuimos a presentar nuestro video de ovni vago a Palencia. Allí apareció nuestra amiga Pebe que hasta me saludó y todo. Me dijo que me conocía de anteriores cumpleaños de Martin pero que no se acordaba de mi nombre. Bueno, da igual, aunque lo supiera seguro que me iba a llamar Toxsi así que no me importó mucho.

Por fin escuchamos buena música en un lugar distinto a mi casa y es que el señor dj del Casual nos deleitó con una sesión remember con buenos temas de antaño que nos hizo sacudir el house que llevábamos en los bolsillos.

Show Fame es otro de los nuevos garitos palentinos que visité aquella noche. Me pareció uno de los mejores garitos que hay en Palencia. House elegante, seguridad, buenas pivis y las copas caras con un despliegue de luz impresionante y es que, como le dije a Law, el láser le da al local un toque más cosmopolita… más… holandés… más Trance Energy.

Ya casi amanecido y tras visitar el Bora nos hemos ido a casa a desayunar y de paso hablar un poco de la gente y nuestras cosas y echarnos unas risas antes de ir a sobar, que al día siguiente había que volver de nuevo a casa antes de comer… aunque tarde.

Una buena noche más que pasamos en Palencia que, como ya he dicho desde hace cinco meses hasta ahora unas cuantas veces, merece sin duda la pena volver más cerca para que estas cosas sean más frecuentes… o eso o el extranjero.

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