Sunday, July 22, 2007

Mesario 2

Segundo mes de mi destierro andaluz y puedo afirmar que las cosas no cambian y que sigo contando los días para que todo vuelva a ser como antes… cosa que ya digo de antemano no se producirá.
Desde la última vez que pasé por aquí han pasado muchas cosas, entre ellas una escapada a mi tierra donde, casualidades de la vida, el jefe tiene familia allí, a ver si eso me ayuda a que me suba el sueldo o algo.
El caso es que el fin de semana del 13 al 15 volví para pasar de nuevo por el ámbito rural de mi tierra y es que en estas fechas de calor empiezan las típicas fiestas de los pueblos con la típica verbena de orquesta pachanguera, peñas y mucho alcohol a la par que nos reencontramos con mucha gente que ya no vemos más que en la época estival. Es lo malo que tiene esto de hacerse mayor.
Peleas de Abajo es cita obligada cada año y también es mala suerte que coincida con eventos tranceros de alto standing ya que hace dos o tres años coincidió con la llegada a Fabrik del señor Tiësto y este año no iba a ser menos y tuve que sacrificar a Ronski Speed y a 4 Strings en una discoteca de Ávila llamada Aixa Galiana.
Este año estuvimos cortos de gente pero no por ello nos lo pasamos peor ya que hay veces que cuanto menos… más. Nos reecontramos con amigos que hace ya mucho tiempo que no veia y lo pasamos en grande. Hay que reconocer que pequeñeces como estas son las que me hacen echar de menos estar a apenas una hora de mi tierra, pero las circunstancias hicieron que bla bla bla…
Casi sin dormir tocó de nuevo volver al destierro andaluz en viaje al estilo “Willy Fog” en casi todos los medios de transporte que existen, coche, tren y avión… faltó el barco. Y lo malo de esto es que los días siguientes se pasan un poco reventado porque hasta el martes o miércoles no recupero el sueño. Será la edad.
Y para colmo esta semana me he lesionado jugando al futbol como los buenos futbolistas. Bueno, mejor dicho me he lesionado al estilo “ronaldo” ya que estaba jugando de delantero sin bajar a defender ni por equivocación cuando en una arrancada he notado un pinchazo en la parte posterior del muslo izquierdo similar a cuando te pegan un tiro. Digo yo que será parecido porque nunca me han dado uno pero madre mía que dolores. He tenido que caminar toda la semana de forma parecida a como lo hacía el tal “chiquito de la calzada”. Una pena ya que tendré que estar de baja futbolistica unas semanas, que no laboral ya que bueno, aunque me molesta un poco cuando voy de visita a la obra no me impide estar sentado en la oficina 12 horas diarias así que va a ser que esta vez no será necesaria la baja.
Cuento los días que faltan para mis ansiadas vacaciones que aunque serán solo siete días serán intensos, a ver si hay suerte y hay buen ambiente en el pueblo… que yo prefiero las vacaciones de toda la vida, las del pueblo, que el estrés y el incordio de la playa, los domingueros y demás especies vacacionales habidas y por haber.
Ni que decir tiene que el experimento sociológico sigue su curso y ya van dos meses sin pisar la playa, ya que por la noche no cuenta y es que hay buen ambiente en las terrazas de la playa con buena música.
Pues eso, que dieciocho días y a vivir. Para entonces espero tener varias cosas finiquitadas que me harán sentir un poco menos agobiado y espero que con la moral por las nubes… ya veremos.

Saturday, July 07, 2007

7-7-7 San Fermín

Un año más y a pesar de los planes de hace un año vuelvo a ver los “sanfermines” por la televisión, como siempre, esperando el sms de mis tios a primera hora de la mañana para confirmar su ubicación a lo largo del vallado del encierro.
Cuando oyes por la televisión a la gente decir que esto de los encierros engancha no puedo por menos que darles la razón ya que desde aquel 9 de julio de 2001, en que debuté en un encierro cara a cara con los toros y vestido como mandan los canones para la ocasión de blanco y rojo –desde el tendido eh-, no me he perdido ni uno de los encierros por la televisión. Ahí estoy todas las mañanas entre el 7 y el 14 de julio de cada año puntualmente a las ocho menos unos minutos para ver, tras escuchar los tres cánticos al santo y el chupinazo que anuncia la salida de los toros del corral de Santo Domingo, el encierro de cada día.
Hubo tiempos mejores en los que las chicas de la cruz roja me llamaban tras el encierro para hablar conmigo y saludarme un rato. Siempre me decían que tenía que ir, que me lo iba a pasar en grande pero siempre, por unas cosas u otras ocurría algún tipo de incidencia que cambiaba los planes a penúltima hora.
Como dice mi tío, aún quedan muchos “sanfermines” por delante pero a mi me hierve la sangre cada vez que veo los encierros y pienso en que estoy a tomar por el culo de allí, que es donde debería estar. Esta es otra de las razones por la que debería volverme unos cuantos kilómetros más al norte… porque el norte tiene estas cosas.
En otro orden de cosas comentar que hemos vuelto a salir por ahí en la noche del sábado, esta vez por otra zona que es la playa de “los álamos”. Ahí los garitos son en plan terraza selecta con miles de chicas cada cual mejor, música house elegantona, de esa que gusta a grandes y pequeños y buen ambiente en general que hacía que te pudieras tomar tu consumición tranquilamente sentado ahí en unas tumbonas relajadamente, sin prisas ni agobios… como decía el amigo Cimi, esto es el paraíso porque en vez de trabajar nos hemos venido de vacaciones… y además nos pagan por ello.
El curro cada vez empieza a ser más estresante sobre todo desde que los jefes se han aprendido mi nombre y mi número de teléfono.
Esta semana me han puesto varios “match ball” que he podido superar sin esfuerzo lo que ha hecho subir algunos puntos en la lista que todos los jefes tienen pero que nunca dan a conocer. No se si eso es bueno o malo porque es un arma de doble filo que espero no se gire.
A pesar de todo las ganas de volver al norte no se quitan si no que con el paso de los días se acentúan dichas ganas porque no se puede describir el calor agobiante que hace aquí lo que supone que me pase sudando las veinticuatro horas del día así que lo mismo un día de estos me convertiré en charco.