Saturday, December 23, 2006

La suerte me persigue, pero yo soy más rápido

Según he oido por la radio el gordo de la loteria de navidad de este año ha tocado en Alicante, Valencia y Fuenlabrada entre otras ciudades españolas. Pensandolo un poco y si no recuerdo mal, yo he pasado los cuatro ultimos meses a caballo entre las tres ciudades mencionadas por lo que si hubiera estado atento a las señales ahora mismo estaría escribiendo con unos cuantos ceros más en mi cuenta corriente... pero eso no pasó y aquí estamos desde este humilde lugar a relatar los avatares acontecidos durante la pasada semana, que ha sido movidita y relajada a la vez.
La semana de las comidas y reuniones sociales de la empresa no comenzaba nada bien pues el lunes ha sido un dia de muchisimo trabajo y como siempre, no he entregado las cosas a tiempo... y menos mal que no me levante del ordenador ni para comer... porque comí un bocadillo que me trajeron por ahí. Al final lo unico que saqué en claro fue que sali de trabajar a las 22:00 desde las 8:00 que llevaba alli y que ni siquiera me agradecieran el esfuerzo sino que encima tuviera que aguantar una especie de bronca de los jefes porque el viernes por la tarde no trabajé... pero les dejé bien claro que ni ese ni ningún viernes por la tarde trabajaría... si bien es cierto que a las 14:00 de cada viernes ya debo de estar subido en el coche camino de mi ciudad natal.
La verdad es que cada dia que pasa estoy más a disgusto en esta nueva obra ya que aquí la gente va a su bola y no es nada solidaria... todo lo contrario que en la anterior. Amén de la forma de trabajar que tiene la gente que no es nada organizada lo que hace que cada mes sea un caos para poder cerrar y dar el numerito a tiempo. Espero que en este aspecto la cosa cambie de aquí a junio... y si puede ser sin abandonar la actual empresa... mejor que mejor... aunque si no es así tampoco se va a acabar el mundo.
La reunión social del martes con la gente de la empresa y el cliente fue de lo más aburrido que podia ser. La gente por ahí mamandose como bellacos, incluso los jefes, que realmente cuando esa gente se despendola... lo hace a lo bruto. No era el momento de pedir el tan ansiado aumento de sueldo pero fijo que en el estado que estaban igual firmaban donde no debian firmar y... jejeje. El caso es que en cuanto pude escapar me fui a mi casita que se está la mar de agusto sin tener que soportar a gentuzas varias.
Pero el jueves había la comida de hermandad que celebra todos los años la escisión de mi empresa a la que pertenezco en un lujoso hotel de la capital madrileña, el hotel montereal que si no tengo mal entendido es donde se concentra algún que otro equipo de futbol de primera división... pero bueno, ahora estabamos los galacticos allí.
Sinceramente si no es porque venian mis antiguos compañeros de Valladolid me hubiera escapado por la tangente y me hubiera ido a mi casa, pero merecia la pena compartir mesa y mantel y como no, unas cuantas risas que nos hemos echado.
Joder, hay que ver lo que echo de menos a esa gente porque aparte de compañeros de trabajo eramos amigos, y si había que salir a tomar algo un jueves, se salía, y si había que ir a ver algun partido de champions, pues nos ibamos hasta la flecha y lo veíamos... y así un montón de cosas. Partidos de futbol, partidos de padel... en fin.
Pedí encarecidamente a mi antiguo jefe, el que se puede considerar que es un jefe de verdad de todos los que he tenido, que ejecutara la opción de recompra para volver de nuevo a Valladolid a ser posible antes de junio. Aunque parece que la cosa está muy jodida.
La comida en sí no tuvo nada de especial sino es porque no tengo ni idea de lo que comí, aunque según me dijeron el menú consistia en ensalada de ventresca con pimientos y unas hojas extrañas que no había visto en mi vida (pensamos en fumarnoslas pero finalmente alguno las dejó en el plato y yo me las zampé a ver que eran), tostón asado al horno con puré de castañas (delicioso manjar, aunque a lo mejor era pequeño el trozo de toston) y de postre una especie de minimacedonia de frutas con helado de coco. Realmente no me gusta mucho la cocina minimalista pero está bien esto de innovar.
Lo mejor de la comida fueron las dos camareras que nos atendieron. Dos autenticos bollitos que yo creo sinceramente que acabaron un poco hartas de nosotros, sobre todo de mí que no se quisieron hacer una foto conmigo para mostrar a mis lectores. Estaba la camarera simpatica y molona que si que sonrio cuando se lo dije y posó junto a mí y la camarera rancia (pucelana quizá) que cuando le pedí que sonriera me dijo "fotos no" XDDDD como si fuera famosa, no te jode. Pero bueno, le pedí perdon, que hay que ser educado... lo que no las pedí a ninguna fué el teléfono. Enorme error.
Cuando acabó la comida a eso de las 18:00 salí zumbando para mi ciudad natal y en tiempo record llegué a mi casa que ya tenía ganas de desconectar un poco del estres que genera Madrid.

1 Comments:

At 9:08 AM, Anonymous Anonymous said...

Por que será que los jefes nunca nos agradecen hacer horas extras incluso cuando no se pagan, yo ya he llegado a la conclusión de que mejor no hacerlas, aunque siempre me quedo un ratillo más.

 

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