Sunday, October 22, 2006

Mermelada de fresa

La semana de la mermelada de fresa ha estado marcada por el bajísimo estádo de ánimo con el que ha terminado y que ha sido consecuencia de una semana bastante lamentable en todos los aspectos. Sabía yo que el cambio de hotel en mi estancia valenciana no iba a traer buenas consecuencias y pocas veces me equivoco en mis predicciones catastrofistas.
Comenzando por el aspecto laboral, cabe destacar el estres y la presión a la que estoy siendo sometido por parte de mis jefes. No contentos con asignarme una parte básica y laboriosa del control de la obra me han asignado más tareas. En sí no debería resultar nada desagradable sino todo lo contrario pero el hecho de que yo tenga que hacer en mi nuevo puesto el trabajo que en otras demarcaciones llevan dos o incluso tres personas me hace pensar que el tema se me va a ir de las manos. Lo digo porque ya se iba el tema de las manos siendo tres personas... así que a mi solo creo que me van a hundir física y moralmente, cosa ésta última que ya está bastante avanzada.
Aparte de las tareas, que al fin y al cabo es lo que menos me preocupa ya que para eso salimos más o menos preparados de las aulas, me preocupa el hecho de que te traten como una puta mercancía. A mis jefes no les importa para nada si el empleado está o no satisfecho con el trabajo que desempeña, si está contento con su salario, si se siente realizado una vez acabada la jornada laboral... no, para nada. Simplemente les interesa que cumplas tu trabajo al precio que sea... y con eso de precio me estoy refiriendo claramente al dineral que estoy desembolsando en estos dos últimos meses en billetes, estancias en hoteles y demás gastos que surgen cuando por necesidad o por diversión vives en una ciudad que no es la tuya.
Reconozco que ésta semana se me ha pasado varias veces por la cabeza el dejar el puesto de trabajo y dejar a la empresa con el culo al aire... porque realmente si me voy les hago una buena putada... porque les trastocaría seriamente los planes de organización... y eso que no soy una persona ni importante ni imprescindible a pesar de que algunos se empeñen en afirmar lo contrario.
Mientras volvía en el tren de regreso a casa le daba vueltas una y otra vez a la situación pero con el paso de las horas se me ha ido enfriando la cabeza y sinceramente he decidido afrontar el reto con más ganas si cabe porque... ¿acaso me queda algo más que el trabajo?
La respuesta es no. No me queda nada más importante en mi vida que el hecho de trabajar de 9 a 19 sin pensar en temas ajenos a lo que es el trabajo en sí. Y una vez que acaba la jornada laboral ¿qué me queda? nada más que deambular por una ciudad que se mueve a un ritmo diferente, donde cada cual va a su bola y en la que no eres más que un ser insignificante dentro del ajetreo diario de ella.
Si a todo esto le unimos todo lo relacionado con el tema sentimental tenemos un cóctel explosivo que en cualquier momento puede arrasar con todo lo que se ponga por delante.
Ha sido una semana de conversaciones intensas con mi compañera de trabajo la cual estoy descubriendo que aparte de ser un pivón es también una maravillosa persona. Ciertamente esta semana hemos "intimado" mucho y nos hemos contado cosas que no contaríamos a cualquiera... ni siquiera las escribiría en un blog. Ella sabe cosas de mí y yo se cosas de ella que nadie ajeno a nosotros dos conoce ni conocerá. La verdad es que se está convirtiendo en mi confidente y no se hasta que punto eso será bueno porque seguro que al final las cosas se lían y pasa lo que pasa.
Es curioso que antes de que yo le dijera nada acerca de mí ella ya había "descubierto" cosas mías con sólo observar. Me hizo un perfil psicológico completo y me llamó "hombre inaccesible".
Hice caso de sus consejos y hoy los puse en practica. Intenté solucionar un asunto que me traía de cabeza y aun me trae e incluso que me quita el sueño y que incluso sueño con ello, anoche la última vez sin ir más lejos.
Una vez más me llevé una nueva decepción ya que, como dije al principio, en eso de las predicciones catastrofistas soy un crack. La caida del mito me ha llevado a estar un poco jodido porque ya van muchas decepciones seguidas pero no puedo caer en estas tonterias porque el lunes ya he de rendir al 110 % en el trabajo porque al fin y al cabo... es lo que tengo.

2 Comments:

At 2:32 PM, Anonymous Anonymous said...

Me encuentro igual que tú... desde luego seguro que no nos vendría mal irnos a tomarnos unas birras juntos...

un saludo.

 
At 10:23 AM, Anonymous Anonymous said...

Creo q lo q te hace falta es una escapada palentina, aunq no comamos morro ninguno de los 2 nos alegraremos la vista, y lo q es mejor, lo pasaremos bien.


Un saludo!!

 

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