Friday, June 08, 2007

19 días…

…y espero que no sean 500 noches como decía el maestro Sabina ya que eso sería insufrible para mí y mi salud. Eso es exactamente lo que llevo aquí y de momento no hay nada ni nadie que quite mis ganas de volverme cerca de mi sitio y de mi gente. Cada día que pasa son más las ganas que tengo de que todo vuelva a como era hace un año y aunque sé que la situación es prácticamente imposible… solo pido que al menos el escenario si que sea el mismo.
Pero no puedo perder el tiempo en pensar que todo cambiará y todas esas paranoias que absorben mi cerebro, no, hay más cosas que hacer a pesar de que no me apetece mucho hacer otra cosa que no sea trabajar. Lo bueno que tiene este “nuevo” trabajo es que cuando estoy ocupado el tiempo se me pasa volando pero cuando llega un rato de “relax” en el que se está más desahogado las horas pasan lentamente… menos mal que existe internet y me evado un poco buscando la forma más barata de volar hacia mi tierra un fin de semana. Porque eso sí, los fines de semana se me hacen eternos… y eso que solo he pasado uno aquí. Creo que aprovecharé los fines de semana para terminar de liquidar el Proyecto Fin de Carrera que ya va siendo hora de presentarlo y nuevamente en junio no me va a dar tiempo… así que lo dejaré para septiembre definitivamente y no se puede prolongar más allá porque caduca la adjudicación y me tocaría pedir otro y volver a empezar de nuevo y bla bla bla.
Por el momento lo que toca es como hacer que el tiempo pase más rápido sin darse cuenta y que cuando te quieras dar cuenta ya sea diciembre y haya otros horizontes en los que fijarse. Y la mejor forma de ello es desear que lleguen cosas a corto plazo como por ejemplo… el próximo fin de semana que vuelva a mi tierra, la próxima fiesta que espero nos peguemos los tendancers de nuevo con Tiësto de maestro de ceremonia, las próximas vacaciones, la entrega de mi coche nuevo, etc que dan ya casi con el mes de septiembre sin enterarnos… o igual sí. A ver si con la llegada del señor Cimiano y sra. la estancia aquí se hace un poco más llevadera, pero seguiré deseando volver.
Pero pasemos a la carnaza y a lo que realmente interesa al personal que lee esto, bueno, no es carnaza pero es otra cosa que no sean mis paranoias de bla bla bla.
Hoy he recibido noticias de Esmeralda en un e-mail que me había enviado el viernes pasado coincidiendo con su despedida de la empresa. Un emotivo e-mail en el cual se despedía y en el cual solo había buenas palabras y tal agradeciendo un montón de cosas las cuales no debería de agradecer sino valorar el momento en el que sucedieron.
He respondido de la mejor forma que he podido, sin ser demasiado agresivo ni mostrar el resquemor que me queda por lo que pudo haber sido y no fue, así que no he podido por menos de soltarle una de esas típicas e inoportunas frases mías que suelto sin intención de hacer mal pero que en el fondo hieren. Aún así la he ofrecido que se venga a pasar unas vacaciones a mi casa, cosa que sé de buena tinta que rechazará… pero no me sorprende. En el fondo la quiero y no puedo por menos ofrecerle mi amistad aunque alguno que yo me sé lo llama “calzonazos”.
Bien, el caso es que Esmeralda estaba casi olvidada hasta que ésta semana, aparte de el e-mail, ha aparecido por el sitio donde comemos una chica que físicamente es un clon de ella. Ha comido con nosotros un día y al principio me he quedado un poco perplejo por la similitud que tienen ambas chicas. Por cierto que esta nueva chica se llama Cristina y es de Salamanca.
Lo mio con las Cristinas de Salamanca es que es la leche. Muchas Cristinas de Salamanca han pasado por mi vida, incluso alguna dejó una huella en mí difícil de borrar. Enumeremos.
Cristina 1. La conocí allá por 1996 mediante un programa de radio que había en los 40 principales (cuando aún se podía escuchar esta emisora) que venía detrás del World Dance Music que el tío Fernandisco se marcaba los viernes noche. Comenzamos una relación por carta –en aquel tiempo internet era una utopía- y al final nos conocimos un día y seguimos con nuestra relación postal hasta que ésta se fue enfriando poco a poco y al final… pues se apagó.
Cristina 2. Compañera de facultad desde 1998 en adelante unos cuantos años. Una chica muy simpática y guapísima aunque como decían muchos de los compañeros era una tabla de planchar… pero yo siempre dije que una chica es más que dos cenos. Coincidimos en una fiesta de la facultad de Medicina en Salamanca y desde entonces nos llevabamos muy bien, en clase nos sentabamos juntos y nos pasabamos apuntes y compartíamos tabaco y fugas de clase y cervezas y abrazos… pero nunca llegamos a nada y es una asignatura que nos quedó pendiente. Una pena que ya no sepa nada de ella ya que por aquel entonces los móviles no eran un objeto cotidiano.
Cristina 3. La mejor chica con la que he estado nunca ya que aparte de su belleza como persona era genial y podias pasarte horas y horas hablando y pasando grandes ratos. La forma en que conocí a esta chica fue un tanto rara ya que una de aquellas noches en las que entraba al irc para hablar con la que por aquel entonces era mi novia Raquel (también de Salamanca) me abrió una conversación en plan “hola” “hola” “te apetece hablar?” y así empezamos a hablar y hablar hasta que aquella noche del 22 de mayo de 2003 me fui a celebrar el cumpleaños de un amigo a Salamanca y decidimos quedar para conocernos y tomarnos unas copas mientras hacíamos lo que muchas noches, hablar. Pero se nos fue de las manos y la cosa acabó como acabó, de la mejor forma posible… pasamos una buena noche y una buena temporada pero como siempre la llama se fue apagando poco a poco y lo último que sé de ella es que debe andar por Cádiz, casada y con hijos… una pena vamos. Pero ella es de esas personas que te dejan marcado para siempre y a las cuales no se pueden olvidar nunca.
Y bueno, después de este momento “remember” volvamos al presente antes de que el futuro llegue lo más deprisa posible. Hay que comentar que en la oficina hay también excelentes mujeres que alegran la vista (otra cosa no) y la semana que viene tendremos otra más. Viva viva… aunque por mucho que se esfuercen no me van a hacer cambiar de opinión de volver.
Sí, ya sé que soy pesado con esto de volver pero es una cosa de la que hablaré constantemente hasta que por fin vuelva y me entren ganas de marcharme de nuevo… así es el ser humano vulgarmente denominado Tox.
Y es que hay muchas cosas que de repente te hacen pensar en esos buenos (o malos) momentos que pasé allí y es que hasta una estupidez de cartel en la autopista que dice “mirabel” te trae a la memoria hechos y palabras de “aquellos maravillosos años” que, como diré de aquí en una buena temporada, espero que vuelvan pronto… aunque también es cierto que “segundas partes nunca fueron buenas”… pues habrá que hacer caer el mito, ¿no?

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